AMLO mató a la izquierda
Néstor Ojeda (Milenio)
Sea cual fuere la declaratoria final del Congreso Nacional perredista, el resultado será el mismo: Andrés Manuel López Obrador logró dar muerte al PRD como partido de izquierda.
El Peje consiguió lo que décadas de priismo, infiltración y represión no pudieron, es decir, desnaturalizar a las corrientes de izquierda de sus principios fundamentales.
La discusión, el diálogo, el debate y la autocrítica fueron desterrados de las mesas de trabajo y la minoría pejista los sustituyó por la intransigencia, el insulto, la imposición, el caudillismo y el autoritarismo.
El rechazo a revisar la actuación del PRD, las Redes Ciudadanas y su candidato en la campaña electoral de 2006 y a aceptar los errores y los excesos cometidos son muestra evidente de que para AMLO y sus aliados el PRD es sólo un membrete electoral y no la herramienta política de un proyecto ideológico.
Pero lo más lamentable es que, sometidos al pragmatismo lopezobradorista, antiguos y prestigiados ex líderes comunistas, socialistas y universitarios actúen como operarios del engaño, el autofraude y el entierro de lo que, a pesar de sus desviaciones, era hasta ayer el único referente institucional de la izquierda mexicana.
Este fin de semana en el PRD las hordas suplantaron a los militantes, los cavernícolas a los dirigentes y en lugar de un líder los encabeza un aspirante a dictador, cuyo discurso juarista suena cada vez más a las peroratas bolivarianas de Hugo Chávez.
Y es que las palabras de AMLO ante el congreso perredista no resisten ni el más somero análisis; conservador consumado y enemigo de las expresiones democráticas y libertarias, advierte contra la “izquierda legitimadora” y la “derecha simuladora”; y como flamígero inquisidor demandante de unanimidades señala como “paleros” a quienes buscan el diálogo y transformar al PRD en un partido de izquierda moderna.
En fin, no queda duda que López Obrador sigue vivo y hará todo por llegar así a 2012, aunque eso signifique matar a la izquierda y al PRD.
Sea cual fuere la declaratoria final del Congreso Nacional perredista, el resultado será el mismo: Andrés Manuel López Obrador logró dar muerte al PRD como partido de izquierda.
El Peje consiguió lo que décadas de priismo, infiltración y represión no pudieron, es decir, desnaturalizar a las corrientes de izquierda de sus principios fundamentales.
La discusión, el diálogo, el debate y la autocrítica fueron desterrados de las mesas de trabajo y la minoría pejista los sustituyó por la intransigencia, el insulto, la imposición, el caudillismo y el autoritarismo.
El rechazo a revisar la actuación del PRD, las Redes Ciudadanas y su candidato en la campaña electoral de 2006 y a aceptar los errores y los excesos cometidos son muestra evidente de que para AMLO y sus aliados el PRD es sólo un membrete electoral y no la herramienta política de un proyecto ideológico.
Pero lo más lamentable es que, sometidos al pragmatismo lopezobradorista, antiguos y prestigiados ex líderes comunistas, socialistas y universitarios actúen como operarios del engaño, el autofraude y el entierro de lo que, a pesar de sus desviaciones, era hasta ayer el único referente institucional de la izquierda mexicana.
Este fin de semana en el PRD las hordas suplantaron a los militantes, los cavernícolas a los dirigentes y en lugar de un líder los encabeza un aspirante a dictador, cuyo discurso juarista suena cada vez más a las peroratas bolivarianas de Hugo Chávez.
Y es que las palabras de AMLO ante el congreso perredista no resisten ni el más somero análisis; conservador consumado y enemigo de las expresiones democráticas y libertarias, advierte contra la “izquierda legitimadora” y la “derecha simuladora”; y como flamígero inquisidor demandante de unanimidades señala como “paleros” a quienes buscan el diálogo y transformar al PRD en un partido de izquierda moderna.
En fin, no queda duda que López Obrador sigue vivo y hará todo por llegar así a 2012, aunque eso signifique matar a la izquierda y al PRD.
Etiquetas: 2012, Campaña 2006, PRD, Soberbia
1 Comments:
Muy buen artículo, exactamente lo que estaba pensando, simplemente el PRD se debería de llamar Ex-Pri ó Partido PRI-Dinosaurio con las prácticas que hicieron famoso al anterior por años, el PRD demostró no creer en la democracia desde su interior y nos demostró la manera en que gobernaría de tener el poder del país.
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